Luis Sánchez
Al momento de escribir esta columna no han terminado las campañas electorales y ya hay una nota falsa como intento de desestabilización del gobierno de AMLO con impacto de nivel nacional. A nivel regional, para enlodar al partido en el poder, ya se documentan muchas que, (in)creíblemente, hasta el propio López-Dóriga ha promovido.
En primera instancia, corrió el rumor de la supuesta renuncia de la secretaria de gobierno, Olga Sánchez Cordero; la propia funcionaria desmintió la nota de los columnistas Darío Celis y Mario Maldonado, cuyos medios omitiremos para no promocionar lo que no se merece, pero uno pretende ser universal y otro abordar el tema financiero. Al respecto, la titular de la SEGOB reviró en su twitter:
“Estimados @MarioMal y @dariocelise, lamento decepcionar a sus ‘fuentes’ pero NO, no he presentado mi renuncia. Sigo más comprometida que nunca con el presidente @lopezobrador_. Dejemos la cultura del rumor y no sirvamos al juego de la desestabilización de la 4T. Un fuerte abrazo”.
Es evidente que las campañas políticas en el mundo no se caracterizan precisamente por su seriedad, objetividad ni, por esto, compromiso con la verdad. No obstante, hay un especial el interés y desesperación en estas elecciones que reforzarán la columna vertebral del gobierno mexicano.
Y es que sería muy complicado continuar los programas sociales, proyectos de infraestructura o incrementar el personal de la Guardia Nacional sin presupuesto. Esto, claro está, aunado a que, sin la mayoría en el congreso adversa al neoliberalismo será imposible revertir los efectos de la gran venta del país que hicieron nuestros comisionistas favoritos: Peña Nieto, Calderón y básicamente los gobiernos desde Miguel de la Madrid hasta el ya citado mexiquense,
Por este motivo hablamos del interés especial. El sector más enojado es el empresariado salvaje, el empresariado parásito que hizo su fortuna con las clásicas componendas con políticos. Ya es tal la asfixia (que sintieron desde el primer minuto de Andrés Manuel en el poder) que no resistieron dejar el “anonimato” para llamar al voto y, peor aún, insinuar una cooptación masiva.
El señor Equis, como llaman a don González, y el señor Gustavo de Hoyos han pedido a sus amigos empresarios que “orienten” el voto de sus empleados. No se trata de decirles por quién votar, más bien de dejarles claro por quién no hacerlo. Se dieron cuenta estos zánganos que su voto, con todo y sus millones en el banco, sólo cuenta por uno, y quieren que cuente por más.
Las noticias falsas serán el esquema complementario para ahuyentar o cambiar el sentido del electorado. No es tomar como falsas las noticias contra el régimen, sino de cotejar la información en diferentes medios; tener por lo menos 3 fuentes distintas de información, conservar el criterio desde perspectivas diferentes aun entre quienes concuerdan o discrepan con el actual proyecto de gobierno.
Este análisis permitirá un voto verdaderamente razonado. Es preciso señalar que se debe denunciar cualquier intento de compra, coerción o amenaza. Nadie está obligado a votar a cambio de algo. No se puede vender un derecho ni se puede truncar una mejora por miedo, o por un bien fugaz.
