La Sociedad Pregunta / ¿América Latina: Presidencialismo; Del Golpismo al Populismo?

Por Lucio Ramírez Medina*

Hace más de dos siglos que Simón Bolivar lanzó su proclama de unidad continental con el fin de asegurar una independencia plena en las naciones latinoamericanas y caribeñas, conformar un polo de poder con el peso suficiente para tener voz y voto suficientes como para no ser avasalladas por otras potencias mundiales.
Empero, el sueño bolivariano ha ido zigzagueando entre el sueño del siglo XlX, los Golpismos Presidencialistas del siglo XX, la ilusión de la creación de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) del inicio del siglo XXl, y la frustración con los Populismos Presidencialistas actuales, contrariando los objetivos de autodeterminación, soberanía, integridad territorial y respeto a los derechos humanos, todo en aras de imponer un solo pensamiento caudillista.
Fernando Barrientos del Monte, Doctor en Ciencia Política por la Universidad de Florencia y profesor de la Universidad de Guanajuato, explica que el principal problema del presidencialismo latinoamericano es que su diseño es rígido, con periodos de gobierno fijos, a diferencia de los sistemas parlamentarios; y que centra las capacidades de la acción gubernamental en una figura unitaria: el titular del poder ejecutivo, donde el presidente es jefe de gobierno y al mismo tiempo de la administración pública, pero también jefe de Estado y, consecuentemente, representante supremo de una comunidad política, cuya doble función genera problemas si los otros poderes no son autónomos e independientes.
Esas debilidades ocasionaron que durante buena parte del siglo XX, especialmente en las décadas de los 60 y 70 sucedieron recurrentemente los Golpes de Estado encabezados por militares en gran parte de las naciones de AL.
En el presente siglo se han consolidado los Populismos en América Latina, teniendo como principal factor de riego a las figuras presidenciales con sus aureolas de encarnación de la solución de todos los problemas sociales, a tal grado que cuando las situaciones se agravan, “esta lógica adquiere el matiz cesarista en sentido gramsciano” con soluciones arbitrarias y personalistas.
La democracia efectiva con su pluralidad política, se abre como la gran esperanza.
*Licenciado y Maestro en Periodismo
lurame_3@hotmail.com @luciorm