Luis Sánchez
La impartición de justicia tiene precio, no ideologías, aunque sí afinidad con la línea fascistoide de la derecha mexicana. Las elucubraciones más efectivas de los “contrapesos” al supuesto poder absoluto del presidente AMLO han sido orquestadas y ejecutadas por los árbitros del partido, terrible paradoja, quienes deberían trazar la normatividad para mantener el orden, porque están “fuera” y son “imparciales”, hoy meten la mano, meten goles y hasta los festejan con el equipo, digamos, conservador. Los árbitros se volvieron Maradona.
Para enmarcar esta postura, baste recordar que, a principios de sexenio, el poder judicial acusó de arbitrario, sin sentido y dictatorial bajar su sueldito -más de 7 millones de pesitos al año +comisión (o propinas, vaya uno a saber de quién- a casi un millón trescientos mil pesos, lo que gana el presidente, que es o debiera ser el tope. Aún así, con esta cantidad anual, una familia de clase popular podría vivir casi 20 años, si los ingresos son de una sola persona con salario mínimo (unos 54,000 pesos al año, aproximadamente) y 10 años si se tratase de alguien que percibe 8 mil pesos al mes, es decir, los maltrechos profesionistas.
Y todavía se atrevieron a sostener, los sinvergüenza, que el presidente los obliga a robar, que sólo así, con ese desproporcionado y ofensivo sueldo, se garantiza la ausencia de corrupción, como si no existiera la venta de su integridad desde antes, mucho antes de 2018.
Los jueces, por ejemplo, del INE, Lorenzo Córdova para ser preciso, que pretendía una cantidad obscena para construir un lujosísimo recinto “para la democracia”, y milagrosamente no se autorizó, ha “defendido” su sueldo, muy por encima de lo marcado por la ley, con amparos -por su puesto, ante algún juez amigo- y osa decir que su ingreso está marcado por la constitución, cuando esto es absolutamente falso; visto que ya no debe ser superior a 108 mil pesos al mes; hoy, con esta vejación constitucional, gana más de 250 mil pesos mensuales.
A esta manipulación de las reglas se suman amparos como los que suspenden los efectos de reforma a la Ley Eléctrica, favorables al abuso y evasión fiscal de empresas extranjeras; recientemente, amparos para que Monsanto continúe utilizando glifosato (un pesticida letal) en cultivos. Acciones abiertamente contrarias y dañinas para la gobernabilidad, fuera de la ley, y por tanto sin sustento legal alguno más que la determinación judicial “porque la ley es la ley”, aunque el librito éste (la constitución) diga otra cosa.
La falacia sobre la “imposición” del Ministro Zaldívar es una más de las negativas a la transformación del poder judicial, repleto de corrupción. Mientras gente está en la cárcel porque una mala tarde encontró a policías que buscaban un culpable, los jueces amparan por consigna, y lo más vil (porque hasta por ideología se respetaría) por dinero.
La madrugada de este sábado, y ya que iniciamos con términos futbolísticos, en Jalisco el Judicial quiso aplicar otro “madruguete” y absolver (no liberar bajo caución, no prisión domiciliaria) ¡absolver! a una de las piezas clave del narco en México: “El Güero Palma”. ¿Con qué fin…?
A inicio de sexenio, cuando Obrador ni había tomado el poder (el 8 de agosto de 2018 por la madrugada), un tribunal absolvió a la “maestra” Elba Esther Gordillo. Esto tras un largo proceso de litigio, que pudo resolverse antes, pero Elba tuvo doble función: 1, sirvió como operadora para la victoria de Peña Nieto en 2012 y 2, porque eso sí, fue muy preciso el tiempo que duró recluida por “lavado de dinero”, para sostener la premisa de un pacto con AMLO. Naturalmente, si el caso hubiera sido sólido, serio, ella seguiría recluida, por lo menos en casa, no absuelta.
Hay que recordar que todo, absolutamente todo el proceso Gordillo se inició y concluyó con Peña en el poder. A menos que AMLO en ese momento ya hubiera “secuestrado” la Suprema Corte y los juzgados del país –por como están las cosas con los jueces hoy, lo dudo mucho-, el caso Elba Ester fue un claro favor para EPN, pero para quién sería la gratitud si hubieran liberado al “Güero” Palma… ¿para un jalicinense calvo, autoritario y bocón?… o para alguien más… o, como en la perinola, todos (MC, PAN, PRD, PRI, ¿narco?) ganaban…
