Aranxa Solleiro
Lo cubren más de 22 kilómetros de una presa hidroeléctrica que se creó con el fin de abastecer de luz al Estado de México, proveer agua y generar incentivos turísticos en tiempos gubernamentales de Miguel Alemán, del cual presumen muchos haber sido quien potenció el sector turístico en el país.
Fabián (27) nació en una comunidad de Valle de Bravo, donde el estudio se vuelve una acción para residentes no solo con entusiasmo imparable, sino con valentía para solventar sus gastos, considerando que la mayoría de las escuelas universitarias se encuentran fuera de su tierra. Desde niño, aquello le parecía poco alcanzable, así que por la experiencia obtenida de su familia, amigos y conocidos trabajando en cooperativas de lancheros, decidió unirse a ellos desde los 13 años y ayudar con los gastos de su familia.
Si el clima cálido no es lo que representa principalmente a uno de los destinos más visitados de la entidad mexiquense, el alma y corazón de ser serviciales lo es. Fabián no pudo pasar desapercibido de los estudios, puesto que tuvo que aprenderse cada detalle del lugar donde nació para ser guía de cualquiera que pidiera por un recorrido en lancha.
Comienza eufórico a presentar su bello hogar: “En esta parte de la laguna, tenemos a los que se dedican a volar en parapente, de este otro tenemos el espacio ideal para pescar, la pesca deportiva aquí es completamente gratis, a su derecha se encuentra una pensión para lanchas, en la cual le cobran 2 mil al mes y se la cuidan muy bien. Y acá, frente a ustedes, están las casas de los empresarios o gente extranjera, vienen cada que se acuerdan que también tienen una casa de descanso aquí.” En ese momento, el verde con tintes azulados del agua, se difumina suavemente.
En el Pueblo Mágico habitan 70 mil 192 personas, de las cuales el 61.2 % vive en situación de pobreza, de acuerdo al Informe Anual de Pobreza y Rezago Social del Gobierno de México en 2020. Fabián confluye de lunes a domingo en un horario de 7 de la mañana a 6 de la tarde, en una zona donde el más poderoso de la nación -en términos económicos- creó su hotel, con habitaciones de precios de 14 mil a 20 mil pesos, siendo su costo inalcanzable al recibir un ingreso de 5 mil pesos semanalmente, si el escenario pandémico lo permite, de lo contrario recibe alrededor de mil 700 pesos a 3 mil si los viajes en lancha son escasos.
“Nos pagan dependiendo el número de viajes que hacemos, por ejemplo, un viaje sencillo de media hora se cobra a 500 pesos, de eso nos dan 250 pesos y si es de una hora, nos dan 500 pero la verdad muy pocos lo piden, es más, muy pocos vienen ya. Antes hacíamos por lo menos de jueves a domingo, más de 10 viajes en lancha, ahora con trabajos sacamos 3 o 2 por día.” Compartió portando un catálogo que cuelga de su cuello, de actividades turísticas para ofertarlas.
Mientras camina guiando a los tripulantes por la diminuta zona de embarque, confía en que quienes serán sus pasajeros, no solo porten emoción para deleitarse ávidamente al recorrer la laguna, sino también, no ser portadores del virus del cual él y su familia, han salido ilesos durante el tiempo pandémico.
“No tomamos temperatura ni tampoco les ofrecemos gel, yo lo traigo aquí dentro de la lancha por si quieren pero la verdad tampoco lo hacemos porque hay quienes lo toman a mal y preferimos mejor en tomar medidas de distancia o de reducir los grupos. Ahora ya solo podemos subir a cinco personas máximo pero antes de todo se podían diez.” El viento roza sus mejillas protegidas por un cubrebocas negro que potencia el café oscuro de sus pupilas.
La capacitación que se asume dar de parte de la Secretaría de Turismo para instruirlos con manuales de cómo protegerse del riesgo a contagiarse, permanece ausente. Tanto Fabián como la cooperativa a la cual pertenece, trabajan bajo sus propias reglas, bajo su propio riesgo y sobre todo, bajo sus ganas de seguir adelante aun cuando ningún pronóstico se percibe favorable a corto plazo.
“Más o menos en diciembre se vio el aumento de la gente, nos visitaron mucho de Ciudad de México, de aquí del Estado de México, de Toluca sobre todo y de China, nos sorprendió que llegaran de allá pero supongo que es normal porque sé que aquí en México no están poniendo tantas prohibiciones por viajar o que nos visiten de afuera.” Dijo.
Durante media hora, al comando de la lancha, explicó rebosante de orgullo que la presa es una de las más grandes del Estado de México, con más de 40 metros de profundidad, puesto que lo conforman cuatro ríos y se encuentran en ella, especies como: truchas, tortugas, mojarras y charales, para que cualquiera tenga un pescado fresco. No obstante, aunque no lo haya mencionado, según el Informe Semanal del Comité Nacional de Grandes Presas del Gobierno Federal “las tres principales presas del Sistema Cutzamala (El Bosque, Villa Victoria y Valle de Bravo), que abastece a una parte de la Zona Metropolitana del Valle de México, tienen un almacenamiento promedio de 55.3%, ubicándose por debajo del promedio histórico.”
Sin olvidar también que el alimento de los peces se ve afectado por la descontrolada contaminación al agua de parte no solo de habitantes, turistas o visitantes en general, sino de empresarios que vierten desperdicios o agua sin tratar en ella.
Fabián posiblemente sonríe debajo de su cubrebocas negro por tener un viaje en lancha y seguramente continúe en el reto de sobrevivir de un turismo decadente, empero su amor por su pueblo, ni siquiera la más drástica tragedia mundial lo detiene.
(Foto: Aranxa Solleiro)
