A un año de que fuera nombrado Arzobispo de Toluca, Francisco Javier Chavolla Ramos recibió este miércoles el Palio Arzobispal que fue confeccionado en Roma, bendecido por el Papa Francisco y entregado en la capital mexiquense por Franco Coppola, Nuncio Apostólico de México.
Miguel García Conejo
Por la pandemia de Covid-19 fue íntima la ceremonia, pero no por ello menos emotiva. Durante la homilía se recordó que el palio Arzobispal es un símbolo de la unión con Dios y el Papa.
“El Papa entrega este símbolo en la Basílica de San Pedro pero después encarga a los Nuncios de imponerlo a los nuevos arzobispos para que el pueblo De Dios pueda participar, el presbiterio, los fieles, todos, y participar de este don y de esta responsabilidad que de ahora en adelante Monseñor Chavolla recibe de la parte del Santo Padre”, comentó el Nuncio Aspotólico.
Ya con el palio impuesto, pues hace un año Francisco Chavolla Ramos fue nombrado arzobispo de Toluca, señaló que ante esta realidad pandemia, el Pueblo De Dios necesita pastores capaces de llamar a la reflexión y al examen de consciencia, pero, sobre todo, de sostener una esperanza para que se pueda mirar más allá de la comodidad personal.
“Quiero ser un pastor que camine con ustedes, como discípulo misionero de Jesús y como hermano, consciente de que tengo la misión de presidir la familia Arquidiocesana y la provincia eclesiástica, quiero estar cercano a mi gente”.
Para el arzobispo Chavolla, la entrega de palio significa un mayor compromiso de servicio y trabajo pastoral con los fieles y con los obispos de la Provincia Eclesiástica de Toluca, a la cual pertenecen las Diócesis de Atlacomulco, Tenancingo y Cuernavaca.
