Don Damáso
“RECONOCER A BIDEN COMO PRESIDENTE ELECTO significa la intención de abolir el régimen de complicidades e incrementar el de los compromisos. También admitir las victorias democráticas sobre los despilfarros de magnates en los procesos electorales. Aquí y allá”
Porfirio Muñoz Ledo
“HAY QUE PENSAR DE ABAJO ARRIBA, NO DE ARRIBA ABAJO”
MANO GANADORA: Con el triunfo de Biden, se llega a un punto de inflexión y se inaugura una nueva era en la política en los Estados Unidos que ojalá se tropicalice para todo occidente. El poder pasará de los adjetivos a los verbos y, con ello, como ya lo expresó en su primer discurso, vuelve la decencia, la prudencia y la ciencia por encima de la indecencia, de la imprudencia y de la ocurrencia.
Será el segundo presidente católico de nuestro principal socio comercial, el primero fue John F. Kennedy. De valores y principios sólidos, sabe que no sólo por el ejemplo de su poder sino por el poder de su ejemplo, “se logrará ser la nación que sabemos que podemos ser”. Abusar de los adjetivos abona a la división de los pueblos, dar prevalencia a los verbos, ilumina senderos de unidad y desarrollo en cualquier sociedad. Pasarán de los “tragos amargos” a paladear los sabores agradables de fe, armonía y convivencia civilizada.
Gobernar con verbos construye, hacerlo con adjetivos, destruye. Lo sabe bien Joe Biden, un hombre templado como el acero, entre el frío de sus tiempos aciagos y el calor proveniente de su resiliencia y empatía. Disfruta ponerse en el lugar de los demás para comprenderlos y entender sus expectativas. Es poseedor de un ego equilibrado. De inmediato, dio a conocer su agenda de trabajo que, incluye verbos como: Revocar, Renovar, Rescindir, Revitalizar y Restaurar; en el mismo documento anunció sus desafíos estratégicos que los ha denominado “las tres C”: la Covid, el cambio climático y China.
Esta elección nos hizo recordar que el voto funciona y vimos como blancos que retiraron su apoyo a Trump, mujeres y jóvenes, fueron decisivos para darle el triunfo a un Biden que ha prometido ser un presidente que no busque dividir sino unificar. Reconstruir la columna vertebral de los Estados Unidos. Que no ve a sus oponentes como enemigos. Enfático en sus palabras cuando dice que, este es el momento para sanar a su país.
Le acompaña como Vicepresidenta Kamala Harris, una Estrella Polar de raíces caribeñas y asiáticas, su padre es de Jamaica y su mamá de la India. Lleva en su ADN las características de una lideresa que, evoca y provoca acicateando a las de su género para impulsarlas hasta alturas insospechadas en la política de occidente. Se han fijado como reto: “Restaurar el alma de los Estados Unidos”.
Las bases les dieron el triunfo y con ello la misión de rescatar las raíces de un pueblo que es hoy por hoy, una de las tres potencias mundiales. Con un dejo de esperanza, pienso en mi país y en el futuro que nos depara, por ello, no debemos ser consecuentes y permitir que sigan drenando a nuestra Patria.
BARAJANDO: La mayoría de las cosas importantes que tienen lugar tanto en la naturaleza como en la sociedad, se producen de abajo arriba, no de arriba abajo. El agua surge de abajo arriba entre el hidrógeno y el oxígeno.
Reflexionando sobre nuestras raíces mexicanas, he considerado necesario recordar que hace poco más de 56 años, el entonces Presidente de la República Adolfo López Mateos, inauguraba el nuevo Museo Nacional de Antropología, justo un 17 de septiembre de 1964; el discurso inaugural, corrió a cargo de quien era el Secretario de Educación del país, Jaime Torres Bodet. Su pieza oratoria que tituló “El silencio de Cuauhtémoc resuena aún”; la he querido recuperar en uno de sus párrafos iniciales que considero de gran profundidad para aderezar nuestra hoy tan necesaria reflexión sobre el destino de nuestra gran nación. Un poeta de nuestra edad y de nuestra América dijo, en alguna ocasión, que “lo que tiene el árbol de florido, vive de lo que tiene sepultado”. Nada más cierto. La raíz es la explicación del tronco, el tronco de la rama, la rama de la flor. Cuanto más hondo el cimiento, más aérea y audaz la torre… Así los pueblos.
No escapa a nuestro razonamiento, que en el transcurso de los últimos quinientos años, la humanidad ha ido pasando, gradual pero irremisiblemente, de los sistemas de arriba abajo a los de abajo arriba, y ello por la sencilla razón de que tanto la información como las personas exigen libertad.
REY DE COPAS: Miren qué chulada de hilo en Twitter nos compartió el mítico Porfirio Muñoz Ledo lanzándole una bola rápida al tabasqueño: SE ACABÓ LA ERA DE TRUMP y de las relaciones caciquiles, caprichosas e infecundas entre jefes de estado. El llamado “diálogo de orangutanes” para mejor provecho de sus corifeos. Con Biden se abre la perspectiva de una DIPLOMACIA ORGÁNICA, RESPETUOSA Y CON VISIÓN GLOBAL que aproveche lo mejor de nuestro servicio exterior y comprenda, ordene y diferencie nuestros intrincados vínculos con los Estados Unidos… en el ámbito doméstico, fronterizo, migratorio, binacional, regional e interregional. RECONOCER A BIDEN COMO PRESIDENTE ELECTO significa la intención de abolir el régimen de complicidades e incrementar el de los compromisos. También admitir las victorias democráticas sobre los despilfarros de magnates en los procesos electorales. Aquí y allá.
