Alrededor del tres por ciento de la población adulta en el mundo padece alguna clase de alergia alimentaria, mientras que en los niños, este número aumenta a un seis por ciento, según datos de la Organización Mundial de la Salud.
Miguel García Conejo
De acuerdo con Mirna Chávez, nutrióloga de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEM) existe una lista larga de alimentos que pueden causar alergia, sin embargo; los más frecuentes son los cereales, huevo, pescados, soya, cacahuete o la leche.
Expone que la alergia a la proteína de leche de vaca (APLV) es una de las más comunes en menores, al ser uno de los primeros alimentos a los que se ven expuestos.
“La lactancia materna ayuda a entrenar al sistema inmune y con ello disminuye el riesgo de presentar alergias de cualquier tipo, por ello la importancia de obedecer a la recomendación de la OMS de brindar lactancia materna exclusiva durante los primeros seis meses de vida y complementarla hasta los 2 años o hasta que la madre y el hijo sientan”.
Detalla que es común que nos preguntemos, ¿cuál es la diferencia entre una intolerancia y una alergia alimentaria? Estos dos términos pueden sonar muy similares y presentar incluso síntomas parecidos; sin embargo no son lo mismo.
“El caso de la intolerancia, se presenta cuando el organismo no puede digerir correctamente determinado alimento o este genera un efecto directamente en el sistema digestivo”.
Esta se puede presentar con náuseas, gases, retortijones abdominales, diarrea, irritabilidad, o dolor de cabeza.
En cambio, detalla una alergia alimentaría va más allá, involucra al sistema inmune, éste detecta algún alimento como “agente invasor” y lo ataca, por ello los síntomas son diferentes e incluso más graves, en casos extremos.
“Puede causar anafilaxis, una reacción que aparece unos segundos o minutos después de la exposición a un agente alérgeno que incluye, dificultad para respirar y puede provocar un shock”.
Con ello, llama a que sea en la primera infancia la edad en la que se detecte este tipo de reacción alérgica, toda vez que puede reflejar también, en problemas para respirar, opresión de garganta, tos, ronquera, vómitos, dolor de estómago, urticaria e inflamación.
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