La igualdad sustantiva de género empieza en el diseño de políticas públicas, no el discurso
En 2016, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) realizó la encuesta “Mujeres y hombres en México”, la cual reflejó que 8 de cada 10 hombres son económicamente activos, mientras que sólo 4 mujeres de cada 10 lo son. Por otra parte, de acuerdo con un reporte del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), en 2019 los hombres percibían un salario promedio diario de $398, $52 pesos más que las mujeres. Estos datos permiten tener un punto de referencia para entender la brecha de género que existe en México, que, dadas las condiciones actuales, se va ampliando día con día, y cada vez resulta más complicado mejorar sus condiciones de vida.
El papel activo de la mujer en México nunca se ha reconocido, si embargo, en las últimas décadas se ha vuelto fundamental en el cambio de la vida política, social y económica del país, si bien esta lucha ha tenido un impacto real en la manera en que esta configurada la estructura social del país, no ha sido suficiente para garantizar una igualdad plena entre hombre y mujeres. Queda claro que existen una voluntad activa de la ciudadana por erradicar esta brecha de desigualdad, sin embargo, aún quedan dudas sobre la eficiencia de las estrategias que han implementado los gobiernos (locales, estatales y federal), para atender las demandas legítimas de desigualdad en materia de género, pues pareciera que son estrategias con un enfoque meramente político, dejando totalmente de lado a la administración pública para el logro de la igualdad sustantiva de género.
El rol de la administración pública es esencial para lograr la igualdad sustantiva de género, pues a partir de ésta es que se diseñan las políticas públicas, mismas que hasta ahora, en su mayoría, no han reflejado un cambio sustancial en la brecha de desigualdad, siendo esto un llamado a las servidoras y servidores públicos, para generar nuevos enfoques en la gestión de políticas públicas y programas. Las políticas públicas con perspectiva de género son entendidas como las acciones gubernamentales, diseñadas con una metodología que permite identificar, cuestionar, valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de todo ser humano. Gestionar una política con perspectiva de género, garantiza que, desde su análisis, diseño, metodología, ejecución, resultados y evaluación, se oriente el proceso al logro de la igualdad sustantiva de género. Sin duda los enfoques de género en la agenta pública y administrativa no son algo nuevo, sin embargo, han venido evolucionando:
- Primera generación: En este primer momento, las políticas públicas reconocen el papel activo de la mujer en la vida política.
- Segunda generación: Ya no solo se reconoce a la mujer, sino que se visibiliza a los grupos de la diversidad sexual, como grupos vulnerables, permitiendo que el diseño de programas se oriente a la atención de sus demandas.
- Tercera generación: Actualmente, la sociedad demanda este nivel de políticas públicas con perspectiva de género, consideradas como efectivas y transversales, pues garantizan un impacto real en la reducción de la brecha de género, siendo que actúan de manera transversal en los aspectos políticos, económicos, y sociales. Un ejemplo de esto es la condonación parcial o total en el pago de servicios públicos, a mujeres jefas de familia.
En Gobernova hemos desarrollado un taller para el diseño de programas municipales con perspectiva de género, con el fin de brindar a las administraciones públicas los elementos teóricos, técnicos y prácticos para un correcto diseño y ejecución de este tipo de políticas públicas.
*Consultor en Gobernova
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