La defensa apenas inicia
La semana pasada la fracción parlamentaria del partido Morena (PM), con la complicidad de sus aliados de Encuentro Social (PES) y del Verde Ecologista de México (PVEM), acataron la orden dada por el presidente López para extinguir 91 fideicomisos vitales para el desarrollo científico y tecnológico de México; además de muchos otros igualmente imprescindibles, como el fondo para ayuda ante desastres naturales, el de protección a víctimas, el de protección a periodistas, el de apoyo a deportistas, etc. De los 242 votos emitidos a favor de este atropello mayúsculo e histórico que marcará la involución del país en materia de ciencia y tecnología, 220 fueron emitidos por diputados del partido del presidente, 14 del PES y 8 del PVEM.
Únicamente 8 legisladores del PM, dos del PES y uno del PVEM tuvieron la conciencia suficiente para comprender el enorme daño que tal voto le causará a la juventud mexicana. Siete diputados más, cinco del PM y dos del PES, avalaron con su cobarde abstención el atraco que dejará a muchos talentosos estudiantes sin la oportunidad de continuar sus estudios, cerrándoles una de las pocas rutas de movilidad social que México había podido construir a lo largo de medio siglo.
Y es que es mentira que los fideicomisos de ciencia y tecnología hayan servido para entregar ilegalmente dinero del erario a compañías privadas. Tampoco es cierto que su manejo haya sido opaco o discrecional. Y menos aún es vedad que sus recursos regresarán íntegros a sus beneficiarios y simultáneamente esos mismos alcanzarán para combatir la pandemia de covid-19 y resolver todos los demás problemas que aquejan a México. Lo que sí es verdad es que con esta indignante abyección exhibida por los diputados lopistas, ha quedado claramente evidenciado el hecho de que ellos no representan los intereses de la población, pues entre esos electores que los llevaron a ocupar una curul, hay miles de académicos y estudiantes que votaron por eliminar al autoritarismo y que se pronunciaron reiteradamente en contra de la eliminación de los fideicomisos, a través de innumerables pronunciamientos emitidos por sus respectivas academias, sociedades científicas, instituciones de educación superior, centros públicos de investigación, etc. Pero aún más importante, también hay jóvenes sin recursos suficientes que ya no podrán recibir becas para hacer deporte o estudiar; familiares de víctimas que ya no tendrán manera de continuar en la búsqueda de sus familiares desparecidos; periodistas que ahora han sido entregados a las fauces de sus victimarios; millones de mexicanos que resultarán damnificados con los futuros terremotos o huracanes; etc.
Pero al menos la comunidad científica de nuestro país no parece estar dispuesta a rendirse fácilmente ante la embestida de control absoluto lanzada por el presidente. Dado que luego de lo acontecido en la Cámara de Diputados la iniciativa tendrá que pasar al Senado para su análisis, en días pasados los académicos mexicanos han iniciado una campaña de envío masivo de mensajes de correo electrónico a los 127 legisladores de la cámara alta, demandándoles que rechacen la extinción de los fideicomisos. A la par, los investigadores de nuestro país han hecho un llamado de solidaridad ante la comunidad internacional, misma que ya ha comenzado a responder favorablemente; y se han unido también a la convocatoria hecha por otras muchas organizaciones de la sociedad civil para manifestar directamente su enojo ante los senadores en la misma sede del Senado. La defensa apenas inicia.
Lo anterior, dicho sin aberraciones.
e.rosas@prodigy.net.mx
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