Hasta el 50 por ciento de las parejas jóvenes que inician su vida sexual no usan métodos anticonceptivos, incluso de ellos se sabe que en su último encuentro no lo utilizaron.
Miguel García Conejo
De acuerdo Juan Manuel García Caballero, especialista en salud reproductiva y Médico general por la UNAM; esta condición genera una cifra en el estado de México de hasta 40 mil partos año en menores de 19 años de edad, de ellos casi 800 son de menores a 14.
En estos casos, indica, han encontrado que las parejas reconocen que saben de métodos anticonceptivos pero simplemente no los utilizan; esto cuando pueden enfrentar el rechazo familiar y social con matrimonios prematuros, maltratos, violencia sexual y hasta feminicidios.
“En la sexualidad todavía nos falta mucho cuando hablas de sexualidad el papá se pone rojo amarillo y no sabe cómo hablar y recurre al maestro los cuales no son especialistas”, lamenta.
En este sentido el especialista reconoce que hay otra arista detrás de este fenómeno demográfico que es necesario indagar como lo es el delito de la violación en estas menores, por una condición de violencia hacia las mujeres.
“Dónde están los papás (de los niños) no es mágico que aparece el embarazo desaparece el papá, nuestra hipótesis es que es un adulto en el entorno hogareño es el que está embarazando y es un tema que va de salud a seguridad o a violencia”, advierte.
Señala la urgencia de aterrizar educación sexual en grupos cada vez más jóvenes, al tener cifras de niñas que están iniciando su vida reproductiva entre los 12 y 13 años, las cuales no tienen cercanía con los métodos anticonceptivos.
“El termino de planificación familiar no lo conocen los jóvenes, ni planifican, ni tiene la idea de tener una familia pero terminan teniendo una familia”.
Actualmente por numeraria en datos globales el estado de México se ubica en los primeros 10 lugares, en tanto por taza, y con casi tres millones de adolescentes menores de 19 años, estamos debajo de la media tabla.
El embarazo adolescente es considerado por especialistas como la puerta de entrada de los jóvenes a la pobreza, ya que muchos de ellos dejan de estudiar para trabajar, además de que un porcentaje importante de las muertes de menores de un año se centran en menores de edad.
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