La comunicación de resultados, un problema añejo
Lo de hoy es escuchar a gran cantidad de directivos públicos afirmar que todo iría mejor si su equipo de comunicación social fuera más inteligente para enterar a la sociedad de logros en la gestión diaria. Me atrevo a señalar que en muchos casos se califica esta situación como el mayor problema para alcanzar un mejor desempeño gubernamental.
El problema no es de hoy, baste decir que la comunicación gubernamental como la entendemos en la actualidad es una invención de los romanos, particularmente del emperador Julio Cesar, quien fue el creador del primer periódico del que tenemos antecedente; se trató del Acta Diurna Populi Romani. Escribe Suetonio: “Lo primero que ordenó, al posesionarse de su dignidad, fue que se llevara un diario de todos los actos populares y del senado y que se publicase”. (De Masi:2001).
El hecho de que el Acta Diurna se publicara todos los días en los muros de la ciudad para consumo de los ciudadanos romanos, sitúa a la comunicación como una función antigua.
Si la tradición es añeja, ¿Por qué no lo hacemos bien?
Una de las tradiciones de la burocracia es el orden y el cumplimiento sistemático de tareas. A la fecha existen una gran cantidad de personas servidoras públicas que son capaces de cumplir cabalmente con su trabajo, inclusive cuando va de por medio el acatamiento de un exceso de normas y procedimientos propios de su función, al grado de que tienen resultados y evaluaciones muy satisfactorias por parte de sus superiores, dicho esto, el problema radica en que en los tiempos recientes de alta exposición mediática, la comunicación de resultados debiera ser parte del proceso de trabajo normal en la administración pública.
Digamos entonces que comunicar los resultados del trabajo cotidiano es un requisito más de los múltiples requisitos a cumplir, lo que me permite afirmar que la catástrofe de hoy, se puede convertir en un buen trabajo con la debida capacitación. En otras palabras, si no se ha hecho bien es porque anteriormente no era necesario.
Más que tachar a la comunicación pública de: mala, pésima, discordante o tardía, me atrevo a señalar, como lo hace la especialista en comunicación de la administración pública, María José Canel, que hoy en día la comunicación gubernamental solo es: insuficiente.
Definir prioridades de la gestión, atender audiencias, comunicar en tiempo real, tener un conjunto de programas insignia y modelar un sistema de monitoreo de los resultados se dice fácil, pero cada institución no tiene las mismas circunstancias, por lo que no debe emplear los mismos argumentos comunicativos. Hay que hacer diagnósticos específicos que nos arrojen la mejor manera de comunicar desde la administración pública.
Desestimemos también aquellos argumentos que señalan a problemas de desprestigio y errores de la clase política como imposibles de atender en la comunicación pública, pues hay herramientas como la Gestión basada en Resultados (GbR) que vuelven operativos y atendibles una gran cantidad de problemas (no todos), que de primera mano y sin un análisis adecuado se consignan en el radar de responsabilidad de una pésima operación política.
*Consultor en Gobernova
@CuevasRamon contacto@gobernova.com.mx @gobernova www.gobernova.com.mx
