Durante el pico inicial de Covid-19 en México desde la primavera. El virus ha tenido hasta el momento, poca misericordia. En su crecimiento, ferocidad y terrible nobleza, ha dejado trabajadores con extremo cansancio y devastados para ver lo que aún queda por recibir de él.
“No hay tiempo para enojarse o preguntarse por qué las cosas han surgido de esta manera.” Menciona la médico Lourdes Escamilla.
Cinco meses han transcurrido, mientras Escamilla y sus colegas alrededor del país y países en toda Latinoamérica, esperan con fuertes expectativas la segunda ola cuando aún la primera sigue con fortaleza.
Durante las últimas tres semanas, México ha presentado alto número de personas contagiadas, siendo la mayor de 9 mil 556 el 1 de agosto y rebasando el día jueves 6 del mismo mes, más de 50 mil muertes causadas por Covid-19. De acuerdo con lo presentado por la Secretaría de Salud del Gobierno de México, ninguna entidad del país se encuentra en semáforo verde, por lo que el crecimiento de la pandemia continúa.
Escamilla difícilmente soportaría una segunda ola del virus que incluso coincida con el brote de influenza, ya que la capacidad hospitalaria apenas tiene soporte para lo que sucede en la actualidad.
“No quiero ni siquiera imaginarlo” mencionó. “Por supuesto que tendremos que hacer todo lo que esté en nuestras manos, como hasta ahora lo hemos venido haciendo. Pero estamos ya muy cansados y no sé si tendremos la capacidad para enfrentarlo. Si esto continúa con la misma intensidad y le añadimos el gran número de casos que recibimos cada fin de año de influenza, indudablemente será una catástrofe.”
Sin embargo, aunque hay días en donde el número de ingresos ya no es similar a los de hace un mes, Escamilla y sus compañeros, no dejan de dar lo que sea necesario para que los pacientes salgan recuperados.
Por otra parte, el médico Rodrigo Robles perteneciente a un hospital particular en Metepec comenta que la capacidad hospitalaria ha ido descendiendo, sobre todo los pacientes instalados en el área de terapia intensiva. No obstante, asegura que el riesgo de contagio continúa, especialmente por el incremento de movilización de la sociedad y la realización de actividades.
“El hecho de que veamos menos ocupación hospitalaria, no significa exactamente que ya vaya disminuyendo el riesgo de contagio, sin embargo es cierto que la gente ha estado tratándose en casa con el propósito de evitar ser ingresados a un hospital y eso también repercute en no obtener un conteo ni control de puntos de infección.” Argumentó Robles.
El virus está ahí. No podemos regresar a la vida como era antes, comportándonos como si nada estuviera pasando.
“Nosotros estamos en la primera línea. Varios de nuestros compañeros han sido contagiados p. Tenemos y siempre hemos tenido un desabasto de equipo de protección. Los hospitales están a su límite de saturación. Tuvimos y tenemos pacientes con una precaria toma de muestras y a precaria me refiero a que no tenemos el correcto equipo de protección ni la capacitación ideal para realizarlas. Enfermeras y médicos que no tenían contacto con este tipo de evaluaciones o pruebas, han metido las manos al fuego, saliendo en muchas ocasiones con afectaciones a su salud.” Dijo Escamilla.
A pesar de ello, tanto Escamilla como Robles, enfatizaron que las personas ya saben de qué manera prevenirse y dejar de tomar riesgos, por lo que creen que no debe bajar la guardia el gobierno en seguir dando avisos y recordatorios sobre tomar precauciones.
No obstante, Escamilla mencionó que el país sigue con dificultades de tratar al virus y su Hiedra, esto por el hecho de que considera aún inapropiado la reapertura de establecimientos y la realización de actividades “en peligro de desperdiciar el poco éxito que hemos logrado hasta ahora, por una combinación de represión y deseo de que las cosas vuelvan a la normalidad, nos estamos viendo afectados con pronósticos muy poco anhelados.”
Empero, así como el número de casos sigue creciendo, también las investigaciones apropiadas sobre cómo tratar al virus.
Finalmente ambos argumentaron: “en marzo y abril, todos pudimos decir, “esto nos ha tomado por sorpresa” y ésa fue la excusa que se usó para que el sistema no pudiera hacer frente a todo esto. Pero ahora no podemos decir que no fuimos advertidos. Tuvimos tres meses de alto el fuego y si no aprovechamos al máximo todas esas enseñanzas y todo ese aprendizaje, será un desastre.”
Foto: Especial Portal
