A diez años de su muerte, Carlos Monsiváis sigue estando presente en las conversaciones y redacciones de escritores, intelectuales, estudiantes y la sociedad mexicana en general. A lo largo del año, se han ido presentando diversas actividades en memoria de su legado. De tal manera el Museo del Estanquillo, sitio en donde se conservan las colecciones del escritor, presentó el domingo 2 de agosto una conversación entre Elena Poniatowska y Daniel Rodríguez Barrón, en la cual se hizo alusión a causas sociales y etapas de la historia mexicana que compartieron Poniatowska y Monsiváis.
Aranxa Solleiro
La conversación dio lugar en el Museo del Estanquillo, en la cual se inició con la evocación del primer encuentro entre ambos escritores, en donde Elena hizo mención que lo conoció en la Avenida Juárez cercana a la Secretaría de Relaciones Exteriores en tanto que él y su gran amigo José Emilio Pacheco, quien ha sido por igual uno de los más reconocidos escritores del país, esperaban encontrar a Octavio Paz al considerar que en esos momentos el Premio Nobel trabajaba en ella.
La escritora encontró de inmediato una simpatía por el cronista, al mencionar que su actitud y su intelecto eran dos características únicas en su personalidad. Elena, al empezar su relación con Carlos, comenzó a trabajar eventos similares, teniendo así la oportunidad de aprender de un extraordinario crítico y analista como Monsiváis. Dentro de algunos primeros eventos compartidos, fue la entrevista a artistas como: Siqueiros y Alvaro Mutis quienes se encontraban presos en Lecumberri, la cual fue una penitenciaria y hoy es el Archivo General de la Nación, en los 50 la defensa a los derechos humanos era prácticamente un delito, por lo que artistas e intelectuales estuvieron dentro de ella en distintas ocasiones.
Movimientos sociales que marcaron su amistad fueron el movimiento del 68 y el terremoto del 85, en los cuales los dos crearon extraordinarios trabajos periodísticos que dieron voz y documentación de aquellos que padecieron daños de ambos hechos.
Remembranza de viajes a distintas partes del mundo como París, Israel, Estados Unidos e Inglaterra, en donde el cronista siempre guiaba y compartía conocimientos con la escritora de obras artísticas por su ávida lectura. Así como eventos sociales de artistas en donde incluso el escritor, asistía solamente para deleitarse de trabajos de pintura que eran poco exhibidos ante el público en general.
En palabras de Elena, Monsiváis era una persona con una inteligencia poco vista en otras personas, puesto que su conocimiento en los campos de arte y política eran impresionantes. Sin embargo, eso lo llevaba también a rechazar a quienes no compartían el gusto de ampliar sus conocimientos y mantener su círculo social y de amistad reducido, haciendo ver a algunos que Carlos era una figura un tanto inalcanzable.
Pocas personas tuvieron la dicha de conocer de manera cercana al escritor, de saber de sus procesos de escritura y de la manera que tenía de acercarse a lo que le llamaba la atención, de escuchar y caminar con la gente, de crear historias a través del sonido y vivencia de los demás.
Para Poniatowska, es aún increíble la ausencia del escritor. No obstante asegura que su memoria continuará por muchos años más, ya que el legado que entregó al pueblo mexicano es sumamente extenso y digno de ser reconocido por generaciones.
(Foto: Screenshot: Aranxa Solleiro)
