Influencia de un lenguaje universal que representa tonos de tolerancia y libertad. El Jazz, surgido en 1900 en Nueva Orleans, culpable de toques magníficos de la creación musical de Louis Armstrong, John Coltrane, Miles Davis y Ella Fitzgerald, quienes indudablemente fueron esenciales para la inspiración de generaciones enamoradas de la esencia musical y las texturas que emiten la trompeta, la batería, el piano, el bajo y por supuesto, el saxofón en conjunto.
Aranxa Solleiro
“Mi música es la expresión espiritual de lo que soy: mi fe, mi conocimiento, mi ser…Cuando empiezas a ver las posibilidades de la música, quieres hacer algo realmente bueno por la gente, ayudar a la humanidad a liberarse de sus ahorcamientos. Quiero hablar con sus almas.”
Recitaba Coltrane mientras una tarde en la sala de la abuela de César Iván Jardón Arroyo, sonaban acordes suaves y a la vez desbordantes de un sentimiento explosivo. “Blue Train” se disolvía en cada grieta de las paredes y su espíritu se maravillaba con una pasión que parecía un acto de magia.
Jardón, estudiante de la licenciatura en música en la Universidad Autónoma del Estado de México, es un saxofonista que con alma impregnada de un Blues y un Jazz Americano ha luchado por sus sueños sin permitir que los miedos y la incertidumbre se apoderen de su camino. A sus escasos 17 años, inició su carrera musical en la Escuela de Bellas Artes en Toluca, aunque decidido a aprender las partituras que emiten sonidos de un saxofón, su primer instrumento musical fue la batería durante un taller de música en la preparatoria. Sin éxito potenciado y al aceptar que no era el mejor de sus talentos, decidió dejar que la inspiración tomará otro rumbo.
“Mi deseo era aprender a tocar batería, pues recuerdo que desde la primaria agarraba los lápices y según yo tocaba la batería, pero debido a que mis padres nunca les pareció esa idea pues lo fui dejando, pero siempre con la intención de aprender. Entrando a la prepa pude entrar a un taller musical en donde a pesar de no tener mi batería yo iba y practicaba, y ahí fue donde tuve mi primer acercamiento con la música, pues en ese taller pude dar mi primer concierto y si, fue tocando batería. Como no era muy bueno solo me dejaron tocar dos canciones las cuales fueron: música ligera de soda estéreo y mi historia entre tus dedos.” Argumentó César.
Posterior a su encuentro con las creaciones de Coltrane, su atracción por el saxofón, lo llevaron a investigar más sobre otros músicos dedicados al Jazz, por lo que después de la compra de un saxofón azul de parte de su padre, emprendió el viaje en Bellas Artes, sin haber descartado por supuesto, intentar ingresar al Conservatorio de Música de la ciudad. No obstante, la primera vez que tocó la puerta, no tuvo buena respuesta, enfatizando que las ganas de aprender, no siempre van de la mano con el éxito prematuro.
“Lamentablemente en el Conservatorio en ese entonces no me aceptaban de cero, así que fui a la escuela de Bellas Artes de Toluca, donde ahí aprendí a tocar el saxofón, poco a poco fui enamorándome de mi instrumento, pues al ingresar de manera oficial a Bellas Artes pude participar en festivales de música, dentro y fuera de la escuela y sobre todo con la intención de aprender a tocar jazz en el saxofón.”
Habiendo aprendido entonces y permitiendo que los pulmones fueran una herramienta perfecta para provocar sonidos afinadamente armoniosos de un saxofón, decidió –con valentía- tocar de nuevo a aquella puerta que le fue cerrada en principio: el Conservatorio de Música. Hecho que lo llevó no solo a obtener conocimientos precisos, sino también para aventurarse con coraje por una vida llena de retos y logros. La urbe mágica de escenarios y esencias flamígeras, lo esperaba con un impulso extraordinario: la Ciudad de México.
“En mi búsqueda por seguir aprendiendo, decidí hacer examen para el Conservatorio de Música donde afortunadamente fui aceptado, y aprendí demasiado de como tocar jazz. Al concluir la carrera en jazz en el Conservatorio, decidí trasladarme a la Ciudad de México para seguir mi aprendizaje.”
La vida de César al poner pie dentro de la gran ciudad, se concentró en una serie de eventos afortunados, por lo que la historia la cuenta él mismo con un color rojizo y anaranjado que emergen alrededor de su aura cuando la recuerda.
“Viví una emocionante etapa de mi vida en la Ciudad de México, pues recuerdo que a pesar de no estar en un trabajo fijo nunca deje de tocar mi saxofón, cuando pasaba alguna necesidad me bastaba agarrar mi sax y salirme a tocar a donde fuera, en el metro, fuera de las estaciones del metro, en la calle, en alguna cafetería, en donde fuera yo no dejaba de tocar mi sax. Gracias a eso pude hacer amistades las cuales me iban aconsejando y ayudando para que no me absorbiera la gran ciudad. Afortunadamente conseguí lugares fijos donde yo pudiera tocar con un sueldo y otros para poder dar clases. Tuve la experiencia de pisar y tocar en grandes escenarios como: ZINCO Jazz Club, Pizza Jazz Café, en el Foro Sol, Foro Indie Rocks entre otros. También pude tomar clases con grandes músicos de la ciudad e incluso de talla internacional.”
Su aferrado amor por la música y su saxofón, lo motivaron a regresar a su ciudad natal para continuar creciendo académicamente en la UAEMéx, donde actualmente pertenece al elenco artístico universitario siendo considerado un talento universitario.
César, tiene apenas 25 años, lo que le dibuja un camino atestado de oportunidades y metas por cumplir, y a pesar de la crisis pandémica, no ha dejado de tocar almas con su música y amor a su profesión.
“Me uní a la labor que estamos haciendo muchos músicos, de subir nuestro material a redes sociales, entiendo para ambas partes que no es lo mismo que tocar en vivo o escuchar música en vivo, pero debido a estas circunstancia el internet es una buena herramienta para seguir llevando música a todas las personas y si me permites me gustaría agradecer a todos: mi familia, maestros, amigos y a todas las personas que me han apoyado y siguen apoyándome en mi carrera musical, no es fácil ser músico y más en esta pandemia, pero nunca hay que perder la esperanza de que muy pronto nos veremos en los escenarios.” Finalizó.
(Foto: Aranxa Solleiro)
