28/Mar/2024
Portal, Diario del Estado de México

Familia y sociedad

Fecha de publicación:

La responsabilidad en tiempos de crisis……… 

Laura Barreal Danel

Estimado(a) lector(a)!!!….Un gusto saludarle y desearle que Usted y su familia se encuentren bien, esperando sigamos todos cumpliendo con el “QUÉDATE EN CASA”, como acción responsable y solidaria para cuidarnos a nosotros mismos y así, también cuidar a los demás a fin de mitigar los efectos de la pandemia por la cual estamos atravesando y en la que se requiere participación de todos y cada uno de nosotros para lograr que la curva de contagios comience a disminuir, por tanto,  urge la participación responsable y solidaria de toda la ciudadanía, en la búsqueda del bien común, para obtener un beneficio general.  Asimismo, agradezco el tiempo y espacio que dedica Usted a la lectura de la presente columna, misma que el día de hoy dedicaremos a …. La responsabilidad en tiempos de crisis. 

Inicialmente, nos referiremos al significado del término “responsabilidad” que nos comparte el Doctor en Pedagogía David Isaacs, quien señala que consiste en  dar respuesta a la llamada del otro. 

Isaacs subraya que, en cuanto una persona empieza a considerarse a sí mismo como su propio rey deja de ser responsable. Que ser responsable significa “obedecer”: obedecer a la propia conciencia, obedecer a las autoridades, obedecer a Dios, sabiendo que esa obediencia no se refiere a un acto pasivo, de esclavo, sino a un acto operativo de compromiso, de deber.   

Raúl Mínguez Vallejo, por su parte refiere que preguntarnos por la responsabilidad en nuestro tiempo exige averiguar, en primer término, cuál es la circunstancia en la que vivimos. Y dice, sin dar respuesta a esa pregunta, sería imposible señalar el sentido y la naturaleza misma de la responsabilidad. Y, desde ésta perspectiva señala atinadamente la idea de responsabilidad  desde el supuesto de las relaciones que establecemos con los otros, para adoptar entonces el criterio ético de la alteridad como uno de los presupuestos básicos de su propuesta. Lo cual, continúa explicando, implica la aceptación de que todo hombre es mi prójimo y que esta verdad solo se obtiene de la experiencia inmediata de la responsabilidad del yo y del nosotros respecto de la injusticia, el sufrimiento y la miseria de quienes tengo a mi lado. Y sigue acotando que si ser responsable significa que yo respondo a la apelación del otro, ello obliga a reflexionar y poner límites a cómo el yo tiene que responderle para que la justicia, el bien, la igualdad y la paz sean los valores que guíen las conductas de hombres y mujeres de hoy día. Precisamente porque el modo de ser responsable deja de ser obvio e indiscutido entre las personas, parece necesaria la aceptación de un ethos colectivo que elimine la arbitrariedad y el relativismo a ultranza. 

NOTA…. (Ethos….palabra griega que en el Diccionario de la Real Academia Española aparece definida como “Conjunto de rasgos y modos de comportamiento que conforman el carácter o identidad de una persona o una comunidad”)  

Ese ethos, continúa Mínguez Vallejo, –“debería”–  configurar una ciudadanía activa dentro de un marco socio-comunitario que antepone el bien común al interés particular.  Aquí, el concepto de responsabilidad no adopta la forma de dar cuenta de las acciones y omisiones que el sujeto realiza libremente, sino de dar respuesta ante la presencia del otro. Por tanto, el autor se centra en la responsabilidad moral y no jurídica, porque “de ningún modo es moralmente lícito imaginar que nuestra responsabilidad se ciñe a las acciones y las omisiones en cuyo primer origen nos reconocemos a nosotros mismos como sujetos libres”. 

Mínguez Vallejo, intentando profundizar en el valor de la responsabilidad como respuesta a algunos de los interrogantes más relevantes que tiene planteados la educación del hombre actual y, a la vista de los problemas y carencias que se observan en el desarrollo de la persona y el progreso de la sociedad, refiere que plantear la responsabilidad como valor en el terreno educativo supone el reconocimiento de alguien que me prohíbe ser indiferente de él y me compromete a hacer sociedad con él, porque afirma que “el lazo con el otro no se anuda más que como responsabilidad y lo de menos es que ésta sea aceptada o rechazada” 

En éste sentido, el autor expresa su pretensión de alcanzar un conjunto de propuestas educativas que  nos devuelvan la esperanza de cultivar un gusto especial por hacer del hombre un ser responsable de su vida y de la de los demás, confiado en sí mismo, preocupado por el prójimo y esperanzado en el futuro.  

Creo que muchos de nosotros coincidimos con Mínguez Vallejo en el sentido de que aspiramos a vivir en una sociedad más justa, más equitativa, fraterna y que procure el bien común. No obstante, habríamos de preguntarnos qué estamos haciendo como padres de familia, formadores de personas, para lograr que nuestros niños y jóvenes descubran en su núcleo familiar inicialmente, el valor que ellos tienen como personas, así como el verdadero sentido de la libertad que poseen y como consecuencia la responsabilidad que implica la legítima conquista de la propia libertad en aras de no esclavizarse para caer en ideologías que privan en el ambiente, como el egoísmo, cuyas ataduras conducen exactamente a la pérdida de la propia libertad y que impide que la persona se abra al proyecto del amor, como legítimo acto de libertad para alcanzar la verdadera plenitud a la que ha sido llamada a la existencia. 

Es una realidad que, frente a la crisis del coronavirus y el confinamiento como medida de mitigación, teniéndonos de regreso en casa, para cuidarnos y así, cuidar de los demás, el tema de la responsabilidad cobra vital importancia desde la perspectiva citada, siendo que ésta nos urge a dar respuesta ante la presencia del otro, de los otros, como responsabilidad moral en el sentido del cuidado que también estaré procurando de los demás si yo cumplo en la actual contingencia con “quedarme en casa” a fin de disminuir la movilidad urbana, evitando de ese modo que el virus se propague lograr así un beneficio comunitario, con el cual yo contribuyo, siendo responsable, anteponiendo el bien común sobre mis intereses particulares. 

                                                                                                  Y….Hasta la próxima, querido(a) lector(a)!!! 

                                                                                          Nos encontramos en orientafam.lbd@gmail.com            

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Foto: Anna Shvets en Pexels          

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