CASTIGO AL TIEMPO ®
Daniel Cortez
Castigo al tiempo con mi intento de inocencia que aún juega a mal pasar las noches soñando, no es “estar fuera de la realidad”, es vivir de un modo distinto, con la llama en la mano y el corazón tranquilo. He de emocionarme en las noches de luna; el pudor se fue a la fregada un día que solo cerré los ojos y la encontré a ella, al lúgubre experimento de bondad que me habla a veces e intenta cuidarme, aunque siempre mis lamentos sean de ausencia.
Lo sé, fúnebre sentido de pertenencia siempre me encadena al silencio, es un océano de divagaciones turbias en lo rojo de un amanecer. Ebrio (como siempre) el eco del silencio toma mi mano como un estandarte al paso de la arena, que pierde el rastro cuando la mar toca su orilla.
Simple y sin sentido, desnudo al alba para encontrar pasión en lo gélido del sentimiento que me acaricia, he de saciar mi libido al compás del sereno que recae en mis hombros al caminar, pienso detenidamente y me digo en susurro… “algún día cambiaré” ya sea aquí o en lo profundo del infierno que me aterriza a la realidad donde merodeo con iniciativa para poder subsistir.
No soy un ángel y en lo terrenal de mis alas aprecio mi tridente, tengo presente que el fuego es mi condena en lo cálido de los instantes, la agonía en lo perpetuo de un hoy me aniquila… quien me conoce sabrá que me puedo arrancar el corazón las veces que sea necesario, en esa acción derramar sangre y lamer el suelo para no quedarme helado.
Quizá no soy un dragón, pero un felino ferviente en lo que no fue, ha atrapado mis siete vidas, ya ven… no puedo ser el eco del llanto que me absorbe, sin embargo, castigo al tiempo sin emociones.
Foto: Skitterphoto en Pexels
