¡El mundo ya había cambiado, sólo que no habíamos puesto atención!
Antes de la pandemia ya había llegado un cambio en nuestro estilo de vida, sobre todo a partir de la incorporación de la numerosa comunidad de millennials -nacidos entre 1981 y 1999- al mundo laboral, quienes empezaron a manifestar que siempre tuvieron prioridades diferentes a las de sus padres, ¡más ahora que disponen de sus propios ingresos!.
La comunidad millennial, que actualmente tiene el 25% de los puestos de trabajo, ha señalado un nuevo orden mundial, caracterizado por:
Comida vegetariana. La generación de nuestros padres consolidó la existencia de los grandes corporativos y franquicias de comida chatarra, a nosotros sólo nos tocó consumirla muchos años hasta que un día nos visitó sin avisar la diabetes, la hipertensión y las enfermedades coronarias, las cuales, por cierto, si matan más personas diariamente que el coronavirus. La nueva realidad está caracterizada por hacer de la comida un hábito saludable, además los jóvenes están buscando cotidianamente que “comer” signifique una grata experiencia para contarle a sus amigos. Vivimos el “boom” de las comidas vegetariana y vegana. En muchos casos los millennials no solo no comen carne, sino que también producen y consumen su propia comida en huertos de traspatio, libre de transgénicos.
Viajes para experimentar nuevas emociones. Atrás quedó viajar para obtener dosis de cultura milenaria. La semana pasada coloqué en tuiter la siguiente pregunta: Si estuvieras en París un solo día, ¿Dónde preferirías ir? 1. A un restaurante a comer lo mejor de la gastronomía francesa, ó, 2. Al Museo del Louvre, donde encontrarás lo mejor del arte mundial. La respuesta estuvo muy pareja, casi 50/50, lo cual es sintomático para una red social que está inundada de personas de más de 30 años, y aún a pesar de ello, estamos optando por la lógica millennial.
Flexibilidad de horarios. Mientras nosotros llegábamos temprano a nuestro primer trabajo y permanecíamos ahí hasta después de que se fuera nuestro jefe, recientemente en todas las entrevistas de trabajo con jóvenes interesados en ingresar a su primer empleo, me di cuenta que una de las primeras condiciones que pedían para entrar a laborar (incluso la única) era poder llegar tarde, pues era muy importante para ellos y ellas desayunar apropiadamente e ir a ejercitarse al parque o al gimnasio por la mañana.
Teletrabajo. Está previsto que, en 2025, el teletrabajo alcanzará el 35% en la economía norteamericana, porque las empresas están requiriendo personal para el desarrollo de proyectos específicos, ya sea mediante la utilización de un creciente número de start ups, o bien mediante trabajo técnico especializado, fuera de las oficinas corporativas. Las empresas que nacieron en este siglo han logrado algo que parecía imposible: medir el desempeño del trabajo a distancia.
Economía circular. Los jóvenes nos enseñaron que podemos irnos de vacaciones rentando una casa muy grande y barata mediante una aplicación móvil, en lugar de una pequeña habitación en una gran cadena hotelera; que es posible comer en restaurantes que ofrecen la comida que más nos gusta mediante recomendaciones de algún amigo o grupo de whatsapp, en lugar de hacer caso a la abundante publicidad televisiva. Algunas empresas como Danone están llegando a la economía circular, también llamada colaborativa, contratando mujeres que sufren violencia doméstica.
Política. Los millennial no creen que hablar bonito es sinónimo de un buen político, piden una congruencia total entre lo que dicen y las acciones que toman en su vida personal, y que mejor si les platican como va su día en las #RRSS.
Como podrán observar, el mundo ya había cambiado antes del coronavirus.
*Consultor en Gobernova
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