Los seres humanos vivimos gracias a la investigación como fuente de conocimiento; desde el proceso que llevamos a cabo para cruzar la calle (mirar a un lado y al otro) hasta los temas académicos; así mismo sucede en la danza.
Ximena Barragán
Desde esta perspectiva, la danza, como una más de las actividades humanas, pero con un alto nivel de complejidad, por su cualidad de actividad presente (en un espacio y tiempo específico), es producto, y sujeto de la investigación.
Desde la formalización académica de la danza en 1661 (fundación de la Real Academia de la Danza), esta forma de arte tiene una tradición de formación disciplinaria, en la que se exploran la historia, la anatomía, las razones de la ejecución, se promueve la reflexión y hay producción de conocimiento “un conocimiento sensorial , táctil, emocional”.
Así lo explicó Margarita Tortajada, investigadora del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Danza José Limón y docente en la Escuela de Danza Contemporánea del Centro Cultural Ollin Yoliztli.
La especialista en danza escénica explica que en todo proceso relacionado con la danza “desde la producción, la ejecución , la creación, la dirección, la iluminación” hay un principio e intención reflexiva, motivo por el cual se prepara a los artistas en “materias teóricas” que les permitan llevar a cabo los procesos de investigación necesarios en sus carreras.
Desde esta perspectiva, Tortajada abordará “La danza y las prácticas artísticas actuales “en el marco del programa conmemorativo del Día Internacional de la Danza ofertado por la Secretaría de Cultura del Estado de México, a través de sus redes sociales.
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