El Programa Universitario de Estudios sobre la Ciudad de la Universidad Nacional Autónoma de México, comenzó el día miércoles 15 de abril una serie de conferencias virtuales relacionadas con la pandemia de COVID-19 y la planeación de estrategias que pueden servir de recuperación e incentivación a la economía de las ciudades durante y después del confinamiento
Aranxa Albarrán
La primera conversación abarcó el tema de un programa emergente de distribución de alimentos en las ciudades y zonas conurbadas, dirigida por el investigador Javier Delgado, quien enfatizó lo esencial de la Central de Abastos en la Ciudad de México, siendo considerada como una de las más grandes del país y misma a la que diversos compradores se desplazan de sitios sobre todo lejanos, viéndose en estos momentos afectados por no poder dirigirse a ella como regularmente lo hacían.
Unos de los Municipios que más visitan este centro comercial es el de Ecatepec, al estar relativamente cercano a ella, sin embargo, en estos momentos su compra ha decrecido por lo que se comenzó con la idea de construir un Subcentro de abastecimiento, el cual pretende ser instalado cerca de las zonas con mayor compra, asimismo seguirá incentivando la distribución de productos a domicilio para mayor alcance y accesibilidad de las comunidades.
Los resultados que podrán obtenerse desarrollando el programa, se verán reflejados no solo en el movimiento económico sino en la disminución del pago de productos y la reducción del daño ambiental, por un menor uso de combustible y movimiento de automóviles. Así como un decrecimiento de producción de basura, que se ve reflejada en la podredumbre de las verduras o las frutas por un abastecimiento exagerado. Desarrollándose esta idea se recaudará solamente la cantidad necesaria.
En estos días, derivado del reducido ingreso en la economía familiar, un buen porcentaje de la población se ve limitada a consumir o hacer el gasto de desplazamiento hasta la Central de Abastos, visto en cada una de las urbes de México, no solamente pensado en aspectos de la Ciudad de México, por lo que este tipo de programas permitirá la obtención de una justicia espacial, es decir, se pretende tener un derecho a la ciudad, entendida como la ponderación en la que todos los ciudadanos tengan los mismo derechos y oportunidades de confluir en la ciudad, dicho término fue creado por el sociólogo francés Henri Lefebvre en 1967 y ha sido anexado a diversos programas de estudios urbanos en ciudades con gran aporte económico y social en el mundo. Cabe hacer mención que ya también está incluido en la legislación mexicana, no obstante sus estrategias aún no han sido suficientes para mejorar la calidad de vida en la población.
Otro de los beneficios de la construcción de Subcentros y la distribución de productos en las periferias de las ciudades, contribuirá a evitar una constante competencia de agricultores con grandes empresas, provocando una mejoría en su financiamiento para fortalecer su producción.
Algunas de las alternativas para fomentar el apoyo a agricultores y distribuidores de productos alimenticios, fue la asistencia a tianguis de productos ecológicos, considerando que son sustento en su mayoría de comunidades rurales y de escasos recursos.
Para el Investigador Delgado, los Subcentros deben de estar ubicados de 20 a 30 km de la ciudad en terrenos habitables y adecuados para asentamientos humanos que permitan la organización y establecimiento de este tipo de abastos alimenticios, evitando un despojo injustificado de la población.
Finalmente, argumentó que se debe tener una mirada interdisciplinaria entre sociólogos, planificadores y psicólogos, quienes podrán trabajar problemas y percepciones de inseguridad al momento de que la sociedad se inserte en un espacio diferente, lo que dará pauta a sentirse cómodos en los nuevos centros de distribución.
Foto: Aranxa Albarrán
