Ante situaciones de emergencia, como la que actualmente atravesamos a nivel nacional (e internacional), causa de la pandemia por COVID-19, la sociedad civil tiene un rol importante en la visibilización y atención a las necesidades particulares de las comunidades y sectores específicos de la población.
Ximena Barragán
A decir de Stephanie Jiménez Ávila, maestra en Manejo de Emergencias y Desastres por la Universidad de Georgetown, una de las primeras responsabilidades de la sociedad civil participativa es mantenerse informada respecto a las acciones que las autoridades y tomadores de decisiones están llevando a cabo, así como de los requerimientos de sus comunidades o grupos de apoyo.
“No es que estemos aquí porque dudamos de ellos (autoridades gubernamentales) sino para visibilizar que otros escenarios necesitan considerar”.
Según la experta en gestión de riesgos, en situaciones de crisis existe mucha presión y se recurre a ciertos criterios para tomar decisiones, sin embargo, mediante la participación de la sociedad civil, es posible identificar necesidades particulares cuya atención puede prevenir el daño por un desastre consecuente.
Las personas interesadas en contribuir pueden valerse de varias herramientas, como la identificación de líderes locales y estrategias que incentiven la participación de otros miembros de la comunidad; mediante la ayuda y beneficio mutuo.
En el marco de una clase magistral impartida a miembros de la organización sin fines de lucro MUMEX, (a través de la plataforma zoom) la experta reconoció los esfuerzos de los asociaciones y sociedades que ya han activado estrategias de intervención para el beneficio de poblaciones vulnerables y exhortó a continuar el trabajo , pues “la falta de participación ciudadana aumenta las vulnerabilidades”.
Por su parte, corresponde a los medios de comunicación continuar abriendo espacios para la visibilización de las necesidades que no han sido atendidas y dar seguimiento a su cumplimiento.
