Reyna de Picas: Al igual que en las últimas tres entregas, la cuarta de esta saga esta dedicada a las “mujeres Alfa” en ocasión del próximo “Día Internacional de la Mujer” y en solidaridad al movimiento social “El nueve nadie se mueve”, busca reconocer a mujeres líderes de nuestro entorno, que con su participación, han logrado efectos positivos y útiles en una sociedad hoy empantanada y confundida por políticos y mandatarios que buscan convencer y condenar, cuando su propósito básico debería ser el de comprender y explicar para sumar y multiplicar, nunca restar ni mucho menos dividir.
El respeto para la sana convivencia entre los seres humanos, parte del principio de escuchar para comprender y aprehender del otro, por eso, la hostilidad irracional hacia las mujeres, no se va a resolver intentando ponerlas en paz o todavía peor agrediéndolas, a ellas, hay que escucharlas pero, ante todo…como dice el proverbio árabe: “No hieras a la mujer ni con el pétalo de una rosa”.
La mujer deja de pelear hasta que vence y si no, que le pregunten a una “luchadora”, “mujer alfa” y preparada como lo es la Doctora Mónica Monroy Cortés.
Ella tiene muy presente: “Que cuando la mujer entiende el valor y la importancia que tiene en la sociedad, empieza a trabajar en forma individual y desde su trinchera, pero también sabe trabajar en equipo y, cuando las mujeres se unen, son como aves del mismo plumaje: hacen parvada”.
A lo anterior, se le conoce como sororidad, entendida como la capacidad de generar cadenas humanas en donde cada eslabón es igual, miran hacia el mismo lado, buscando la igualdad de oportunidades, pero ante todo, seguridad y respeto.
Mónica es egresada de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México, UAEMÉX, con el título de médico cirujano y posteriormente obtuvo el título de Médico Especialista en Medicina de Rehabilitación, egresada del Instituto Nacional de Rehabilitación; siguió nutriendo su basto curriculum tanto en lo académico como en la práctica profesional, sazonándolo con un ingrediente de calidad humana, tan necesaria en la rehabilitación de personas que, por diversas circunstancias, sufren de una capacidad estacional o permanente.
Entre otros cargos que ha desempeñado, fue Directora de Atención a la Discapacidad en el DIF del Estado de México; Presidente del Consejo Mexicano de Medicina de Rehabilitación; Integrante del Consejo de Salud en área de discapacidad del Instituto de Salud del Estado de México; Presidente de la Federación Mexicana de Profesionales de la Salud para la promoción, prevención y atención en el desarrollo infantil A.C. y desde 1991 a la fecha, Directora del Centro de Rehabilitación e Integración LUMODI S.C. ubicado en Metepec, Méx.
Su agenda de actividades la satura cada día, en primer lugar, como madre jefa de familia, después como académica, investigadora y empresaria con responsabilidad social; ella les comparte a sus alumnos además, enseñanzas de vida: “Muchas de nosotras probablemente lleguemos a tener altos puestos, pero lo importante no es perder la esencia femenina, tenemos que arraigarnos a quienes somos, enalteciendo al género femenino, desde lo que nos apasiona, para que desde ahí seamos fuente de inspiración, porque lo que tenemos que tener presente, es que somos el corazón de la sociedad. Solo así podemos hacer una gran transformación”.
Desde 1983, es miembro de Médicos sin fronteras, realizando jornadas asistenciales en zonas marginadas de Ghana en África, India y zonas marginadas del Estado de México y de la República Mexicana. Su ejemplo a seguir es la Madre Teresa de Calcuta.
Su “ADN” de “Mujer Alfa” es característico en ella, destacando su altruismo, solidaridad con quienes menos tienen, humildad y deseos de compartir sus conocimientos.
“Hay cosas que te encantaría oír y que nunca escucharas de la persona que te gustaría que te las dijera. Pero no seas tan sordo como para no oírlas de aquel que las dice desde su corazón ”. Madre Teresa de Calcuta.
Foto: Esteban Lopez en Unsplash
