- Justificada lucha de estudiantes feministas
- Que continúan en diálogo con el Rector
- En demanda de soluciones inmediatas
- Mientras se deslindan de Fermín Carreño
No podría ser más que justificada la lucha que el llamado grupo de Feministas Universitarias de la Universidad Autónoma del Estado de México y en especial el grupo de estudiantes denominadas COLECTIVAS FEMINISTAS, ha emprendido en contra de los abusos y agresiones sexuales contra su género de parte de docentes u otros agresores y a raíz del asesinato, en pleno campus universitario, de la profesora SONIA PÉREZ, en un hecho que sigue conmocionando a la opinión pública, además de los asesinatos de las también universitarias DENI AURORA MORALES, ARACELI LIZBETH SALAZAR, SITZY HANNY PÉREZ MICHUA y MARIBEL GONZÁLEZ BERNAL y el universitario CARLOS ALBERTO VILLAR, que dan cuenta, tales asesinatos, del estado de inseguridad que se sigue viviendo en muchos planteles de la UAEM.
Justificado también el diálogo que en pleno patio del edificio de Rectoría de la UAEM se suscitó ayer entre COLECTIVAS FEMINISTAS y gran parte de los responsables de las áreas académicas de la casa de estudios, encabezados por el propio Rector ALFREDO BARRERA BACA, como continuación del primer encuentro con ese grupo de féminas estudiantes feministas que se llevó a cabo allí mismo -no sin antes escenificarse diversos actos públicos de protesta por parte de las primeras- y que generó un extenso pliego petitorio cuyos principales puntos fueron nuevamente abordados o profundizados, a partir de un acuerdo signado por ambas partes el 13 de diciembre pasado.
Con diversos enfoques e intervenciones, las estudiantes mostraron su inconformidad por los frecuentes actos de hostigamiento y acoso sexual de que son objeto y cuestionaron la efectividad de las autoridades universitarias en contrarrestar el fenómeno, así como lograr un avance sustantivo en materia de seguridad en sus diversos espacios, facultades y escuelas.
A casi todos los cuestionamientos, los académicos universitarios y el propio Rector dieron cuenta de las diversas acciones, de ya larga data, que en esos temas se realizan y ofrecieron respuestas a las estudiantes, si bien éstas exigían la renuncia de la llamada Coordinadora de Género, ROCÍO ALVAREZ MIRANDA ante la falta de eficacia de esa y los Comités de Género, para disminuir las agresiones y la violencia. Se cuestionó también la eficacia del área de asuntos jurídicos de la Universidad para brindar un adecuado acompañamiento y asesoría a las víctimas de tales agresiones al levantar denuncias formales ante el ministerio público y su seguimiento.
Se establecieron fechas para iniciar un diálogo aún más amplio entre la totalidad de los sectores universitarios (estudiantes, trabajadores y autoridades), a través de asambleas abiertas como las que sugirió el propio Rector, en las escuelas y facultades, para abordar tales temas.
Con ello, me parece que el Rector BARRERA BACA logró conjurar, por lo menos temporalmente y desde luego hasta después de la ya próxima rendición del informe de actividades universitarias anuales, la aparente amenaza que le representara que el movimiento de féminas universitarias, en el contexto de una más amplia movilización estudiantil, se le convirtiera en un problema mayor, quizás similar al por el que ahora transita la Universidad Nacional (UNAM), en la ciudad de México.
Una vez logrado esto, no deja de tener significación, incluso para el propio Rector y su administración, el deslinde que la feministas universitarias patentizaron por diversos medios impresos y digitales, del supuesto “control” que de su movimiento ejercería la controvertida Red Universitaria por la Transformación (RUTUAEM) que entre otros encabeza el también controvertido catedrático FERMÍN CARREÑO, en contra de quien, las féminas se expresan públicamente y en comunicado fechado apenas este 1 de febrero, en términos de: “Nos referimos al machismo de todos los días, de ustedes profesores, compañeros, conocidos y desconocidos, que niegan el valor de nuestra palabra, que nos ven como cuerpos disponibles y funcionales para la satisfacción de sus deseos, para manifestar sus ansias de poder, para sentirse más hombres; ustedes que cuestionan nuestra presencia en una universidad, que se mofan de nuestras expresiones, que delegan responsabilidades de crianza y cariño a sus parejas, madres o hermanas, mientras ustedes continúan tranquilamente ocupando espacios en los que después nos borran.
Sí, nos referimos a ustedes, y particularmente, para el caso que motiva este comunicado, a una organización universitaria en específico: la Red Universitaria por la Transformación, liderada por FERMÍN CARREÑO, inamovible y privilegiado monumento de la universidad que ha prevalecido a pesar del tiempo, de los rectores, de los fraudes, de las estafas, de los pactos, líos, etc. Un líder que ha sido denunciado por casos de acoso y hostigamiento sexual, al menos de forma conocida en el movimiento #MeToo, al igual que algunos de los más antiguos miembros de la RUT, misma que, vez tras vez, se ha servido de las crisis por las que pasan los y las universitarias para cooptar su organización y coaccionarla a través de la difamación mediática y desde el hostigamiento por parte de las personas que la conforman.
Pero, aquí no venimos a cuestionar preferencias políticas o partidistas: venimos a manifestar que nosotras no tenemos partido, que repudiamos firmemente la NO SOLICITADA atención que la Red Universitaria por la Transformación RUTUAEM lidereada por FERMÍN CARREÑO ha mostrado hacia nosotras a partir de nuestra digna y legítima lucha. Nos parece patético y cruel que una red liderada por individuos tan machistas y con una estructura patriarcal completamente desinteresada por la comunidad universitaria, se sirva de una lucha contra la violencia hacia las mujeres para ganar popularidad y generar empatía con los sectores más vulnerables de la universidad. Rechazamos fervientemente las mofas y descalificaciones que hemos recibido por parte de FERMÍN CARREÑO y quienes le siguen”. ¡Uff!
Mañana nos leemos.
(Foto: Especial Portal)
