El maltrato animal en México es una constante que se ha visto infinidad de veces y en infinidad de contextos y formatos, sean oficiales y no oficiales: perros encadenados sin piedad en azoteas, gatitos abandonados en cajas de cartón, festivales de tauromaquia como cultura y arte, consumo excesivo de carne hasta el punto de ser inconmensurable, etcétera. Tan solo en la CDMX la Procuraduría Ambiental y de Ordenamiento Territorial (PAOT) atendió 3,488 denuncias totales entre 1 de enero al 21 de agosto del 2019. No obstante, la concientización sobre estos temas está alcanzando poco a poco a la cultura y generaciones mexicanas.
Jorge Rojas
Según el INEGI, México es el tercer país con mayor crueldad animal, ya que cuenta con 18 millones de perros de los cuales sólo el %30 tiene hogar y el otro %70 se encuentra en situación de calle ya sea por abandono o reproducción. Hablando únicamente de la ciudad de Toluca, y sólo de perros, hay una población aproximada de 200 Mil perros de los cuales un 40% de la población están en situación de calle, es decir hay aproximadamente cerca de 80 mil perros en esta situación.
Afortunadamente la adopción animal se ha ido fomentando entre la población durante los últimos años mediante programas como “Regala un paseo”, sin embargo, la manutención de estas iniciativas es muy costosa y requiere de un esfuerzo colosal como para ser cargado en los hombros de unas cuantas personas por lo que si se reparte dicha labor entre la población el peso es mucho más llevadero.
Existen muchos refugios de animales, sin embargo, estos suelen vivir crisis muy fuertes y que parecieran interminables. Tal es el caso del Albergue Pergatuzoo cuya organización está pasando por momentos tempestuosos debido a que uno de sus pilares más sólidos y fuertes, el doctor Felipe Vargas, falleció lo que desembocó en una fuerte crisis, pues él mantenía el albergue.
Sus hijos intentan mantener a flote esta iniciativa, pero con más de 975 animales (burros, caballos, perros, gatos, etcétera) a su cuidado no es una tarea fácil. Por el momento el fondeo se hace con el sueldo de los directivos y las pocas donaciones que llegan de vez en cuando, evidentemente, no son suficientes.
Para apoyar la causa pueden buscarlos en FB como @alberguepergatuzoo y pedir informes. Las donaciones en especie o en efectivo vienen con una invitación para llevarlas al albergue personalmente y que conozcas las instalaciones y animales. Esto como una política de transparencia y a la vez de precaución por parte de las personas encargadas del albergue:
“Antes teníamos la dirección en nuestras redes, pero la gente iba a abandonar y a amarrar a los animales ahí. Por supuesto que no íbamos a dejarlos así por lo que los ingresamos al albergue pero no se trata de eso, un albergue no es para abandonar a los animales cuando ya no los quieres” comenta Miguel Ángel Vargas, director del albergue.
También existe la opción de apadrinar al animal que quieras, ya que la mayoría de la gente se ve limitada por vivir en departamentos y horarios laborales por lo que esta opción es muy atractiva y accesible. En caso de que la persona quiera adoptar debe firmar una carta compromiso que incluye sanciones penales si se incumplen las responsabilidades porque “mucha gente nada más busca protagonismo en redes, por eso optamos por esta medida ya que esto no sería un obstáculo para una persona que adopta por sentimiento” señala Miguel.
Estas crisis son una pequeña muestra de todo lo que conlleva el compartir las actividades cotidianas humanas con las animales y las consecuencias de hacerlo de una manera irresponsable. También deja la enseñanza de que llevar un animal a un albergue no es el final de una acción responsable, en realidad es apenas el comienzo. Finalmente, sólo queda visibilizar la situación que estas iniciativas viven día con día y hacer un llamado a la población para que visiten y estén al pendiente de los albergues que más cerca tengan, a fin de cuentas ya vieron que los donativos, como el maltrato animal, son polisémicos.
“La mejor manera de agradecer a la vida es dando vida” Felipe Vargas.
(Foto: Redes)
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