“La vida no es vivida desde sí mismo sino para otro, desplazando la satisfacción propia por las leyes de la productividad” Juan Piazze
Comienzos y ventajas del capitalismo y la industrialización
Cuando surgieron las mejoras de la productividad agrícola y la mano de obra fue liberada por su causa, comenzó el proceso de industrialización, el cual consiste en la producción masiva de bienes y posee como características principales la utilización de máquinas, la generación de empleos y una economía de libre cambio que permita el sostén del producto interno bruto de la sociedad donde se presenta.
Carolina Reyes
La llegada de la industrialización abrió las puertas al capitalismo y el ser humano comenzó a distribuir su tiempo entre la familia, el yo, y el trabajo siendo éste último el de mayor prioridad puesto que aseguraba el bienestar tanto familiar, como social e individual. Dicho bienestar se lograba mediante las ganancias económicas y la obtención de bienes de primera necesidad.
La industrialización y el capitalismo supusieron una mejora significativa respecto a la posesión de nuevos, mejores y más bienes que se producían sin tanto esfuerzo y tiempo como lo sería en una producción artesanal.
Esta nueva corriente proponía una estructura en el plan de vida de los individuos de la sociedad que les permitiría disfrutar de los beneficios de la producción industrial, la estructura consistía en el tiempo laboral y de ganancias económicas y el tiempo libre considerado como el momento destinado a la autorrealización y la mejora del “yo” mediante actividades recreativas, era el tiempo después del trabajo, después del cumplimiento del deber, exento de toda actividad laborar y propuesto para la edificación de la familia y el desarrollo interior.
La auto-explotación
El tiempo libre fue visto como el medio por el cual la búsqueda de la auténtica realización personal podría concretarse a través de las relaciones humanas de calidad, de la cultura y las actividades gratificantes de cada individuo.
A pesar de ser un ideal que la estructura laboral- social proponía, el tiempo libre pasó de ser el tiempo dedicado a las mejoras personales al tiempo disperso dedicado a las distracciones. Se desvirtuó de tal forma que terminó por convertirse en el tiempo del consumismo
Hoy, la manera de pasar el tiempo libre, en su mayoría, está basada en el entretenimiento, el éxito y en el estatus social y el tiempo dispuesto a la autor realización no se ve concretado porque se cae en una dependencia entre la producción y el consumo
El tiempo del ser humano pasó a ser el tiempo del trabajo, de las empresas y de la producción. En una tendencia por sentirse satisfecho con su hacer, el ser humano camina por los límites de la auto-explotación trabaja cada vez más y de formas más exigentes dejando de lado la reflexión y el aburrimiento que es de donde emana la inspiración de las nuevas ideas.
¿En qué se gasta el tiempo libre?
La vida poco a poco se segmenta en dos actividades principales, la producción, es decir el trabajo en todas sus formas y el consumo.
En los comienzos de la industrialización se creía que el consumo acelerado de bienes de primera necesidad se produciría con cierto tiento y llegaría a un balance en cuanto la sociedad moderna tuviera los bienes necesarios. No obstante la sociedad actual deambula en un eterno círculo de consumismo sin moderación que conlleva daños sociales, ambientales, emocionales y psicológicos.
Esta nueva sociedad del consumo constantemente está influenciada por estímulos publicitarios que dirigen su atención y billetera a los productos de una dudosa necesidad actual, una necesidad que muchas veces es incrustada deliberadamente por los grandes monopolios sin siquiera ser una necesidad real. Se distorsiona entonces la búsqueda de la felicidad y la autorrealización.
Este comportamiento encuentra su origen en la insatisfacción y vacío que los productos de consumo y ocio dejan a su paso y una actitud pasiva y poco critica se vuelve parte de los individuos pertenecientes a dicha sociedad.
El sistema económico actual busca a toda costa su edificación, alcance y posición primera en la economía global, el reto final de este sistema es el alza de las ventas y el bajo costo de la producción.
Logran a través de estrategias de manipulación consumistas la aceptación de una sociedad sin criterio y sin discernimiento claro entre los productos de primera necesidad, los de recreación y aquellos que simplemente no son necesarios, se manifiesta un tipo de adicción al consumo, a las compras innecesarias, al “bienestar” momentáneo, se manifiesta una dependencia a una actividad que no genera ningún efecto positivo, pero se realiza, aun así, de manera programada y latentemente en la sociedad.
Afortunadamente han surgido nuevos modelos de consumo que asumen el bienestar de la sociedad, que rompen con la idea de que el consumidor es manipulable e insaciable. Poseen una crítica más estructurada respecto a los modos de producción y venta y proponen estrategias de consumo favorables tanto para los valores y necesidades humanos como para el medio ambiente. Está en la elección del ciudadano actual ejercer responsabilidad sobre su modo de vida y la calidad de su tiempo libre.
(Foto: Redes)
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