Artesanos de 84 puestos de dulces y calaveras se despidieron este fin de semana de la capital mexiquense después de ofrecer a chicos y grandes piezas únicas de sabor, color y cariño que año con año se llevan a su casa, afirmó Araceli López Fernández artesana de alfeñique.
Marcela Moreno
El domingo guardaron sus cosas para esperar un año y volver a tomar los portales de la capital mexiquense para mantener viva una actividad que aseguró se ha convertido en un referente cultural de la entidad que fomenta la unión familiar, cohesión social y que recuerda la importancia de los festejos mexicanos que pierden terreno frente a festividades extranjeras como el Halloween.
“El día de muertos es parte de nuestra identidad y la feria del alfeñique lo ha representado en la ciudad por muchos años; para mi es muy importante porque yo nací aquí y mi abuela junto con mi madre me dejó su amor a esto, ahora yo se la comparto a mis hijos”.
Por ello aseguró que esta y todas las tradiciones que son parte de los usos y costumbres mexicanas no solo son actividades culturales, sino que son una muestra de los valores y comunión.
Si bien, hoy en día esta práctica anual se ha consolidado como un referente cultural, dijo que ha sido un camino largo lleno de retos y luchas constantes
“Ahora somos una organización de muchos años de hermandad, apoyándonos unos a otros; cuando nos quisieron quitar, luchamos, protestamos, nos manifestamos, no estamos aquí de casualidad hemos luchado por esta feria que comenzó nuestros abuelos y bisabuelos”.
El objetivo de la Feria del Alfeñique agregó, es heredar a las nuevas este conocimiento, “que se den cuenta que es nuestra esencia, porque muchos ya no valoran el trabajo, cariño y amor que hay detrás de cada pieza”.
Para concluir, invitó a la población a ser parte de estos encuentros, para mantenerlos vivos.
(Foto: Marcela Moreno)
