Benjamín Galindo Rangel logró reunir en su taller de trabajo a amigos y artistas plásticos, con el objetivo de mostrar a los jóvenes que la competencia del artista es con uno mismo, no con sus colegas.
Ximena Barragán
Como la realización de un sueño personal, Benjamín Galindo Rangel logró reunir en su taller de trabajo a amigos y artistas plásticos, con el objetivo de mostrar a los jóvenes que la competencia del artista es con uno mismo, no con sus colegas; que no hay verdades absolutas y para el intercambio de opiniones respecto a algunas temáticas propias del oficio.
Frente a medios de comunicación y, a manera de panel, Antonio Sánchez Ármate, Antonio Mañón, Ausdrubal Max, René Jasso, Eduardo García López, Miguel Ángel Hernández, Ulises Gutiérrez Bonilla y Benjamín Galindo, intercambiaron opiniones respecto a la importancia del oficio en el arte, la relevancia del dibujo al natural y el uso de nuevas tecnologías (como proyectores), en las técnicas de creación.
Estos artistas “se están convirtiendo en intelectuales, se van encontrando unos a otros”, comentó la maestra Martel Cano, viuda del maestro Fernando Cano, quien presenció el diálogo y participó en el encuentro como invitada especial.
“Cada uno ha hablado de sus propias intenciones, de lo que han aprendido… ha sido un deleite escuchar a cada uno”, comentó la experta en apreciación artística.
En a la relevancia de contar con la presencia de medios de comunicación, la Cano hizo hincapié en la función de los comunicadores en el arte. “Cuando un medio de comunicación se detiene a ver la labor de algún creador le está empujando y ayudando a que se pueda exponer, de que además de expresarse con su obra, puedan darse a conocer” con herramientas importantes en un momento en el que “hay cada vez más expresiones artísticas y menos mecenas”. “Los medios de comunicación deben estar muy conscientes que hacen una labor muy importante para los artistas”, concluyó.
